student authors work at laptop

por Gaby Bucio, Konstantin Larin, Amy Pass, y Lianbi Ji

student authors working together at laptops
De la izquierda a la derecha: Lianbi Ji ’21, Gabriela Bucio ’21, Konstantin Larin ’21, y Amy Pass ’20. Fotos: Jiayi Liu

Previo a nuestro trabajo de traducción, ya nos habíamos encontrado con traducciones en nuestras vidas cotidianas. No entendimos completamente los retos y la creatividad involucrada en el proceso de la traducción hasta que nos enfrentamos con el deber nosotros mismos. El nuevo coloquio de la profesora Sara Brenneis, “La Guerra Traducida” (War in Translation), requiere la investigación y traducción de fuentes primarias de conflictos del siglo 20. Antes de que empezó la clase en el invierno del año 2019, algunos de nosotros anticipamos la inmersión lingüística en épocas históricas específicas; algunos otros se preocuparon de que nunca encontrarían una fuente primaria y relevante que no había sido traducida al inglés. El coloquio sí mismo empezó con enseñándonos sobre el significado e importancia de la traducción. Después, investigamos nuestras épocas en profundidad y navegamos archivos para encontrar nuestras fuentes primarias. Afortunadamente, todos encontramos fuentes que nunca habían sido traducidas. Por último, pasamos la mayor parte de nuestro tiempo traduciendo, analizando el lenguaje, leyendo fuentes secundarias para entender los contextos históricos de nuestros conflictos y trabajando en equipo para editar las traducciones del otro.

Gaby Bucio tradujo la autobiografía de Isidro Fabela, un abogado y activista durante la Revolución Mexicana, lo cual contiene anécdotas crípticas de revolucionarios de mala fama. Amy Pass tradujo el diario José Revueltas, un activista y escritor Marxista, de su tiempo en la Cárcel Lecumberri durante la Guerra Sucia (Mexican Dirty War). Lianbi Ji tradujo narrativos gubernamentales e individuales sobre las despedidas en China durante la década de 1990. Konstantin Larin tradujo artículos sobre los deberes de socialistas escritos por Nikolai Avksentiev, un socialista ruso exilado, durante la primera Guerra Mundial. Cada uno de nosotros tuvimos experiencias distintas con las traducciones dependiendo de nuestras épocas históricas, nuestra lengua y nuestras fuentes primarias. Sin embargo, todos finalizamos nuestra experiencia con más confianza en nuestra escritura y un mejor entendimiento del arte de la traducción. Los artículos que siguen detallan cada una de nuestras experiencias únicas, los retos que enfrentamos y las lecciones importantes que aprendimos.

Este verano pasado, además de trabajar en nuestros propios proyectos de traducción, trabajamos en el proyecto de la Profesora Brenneis sobre los españoles en Mauthausen, un campo de concentración. Analizamos las diferencias entre lo que se escribió en Arriba, un periódico español y fascista, y lo que nos dijeron otras referencias históricas sobre esa época. Juntos, logramos compilar un patrón de parcialidad presentado en Arriba a lo largo de 2 meses en 1946. Investigaciones de alcances tan grandes sobre los contextos históricos y culturales son necesarios para entender el significado verdadero de cualquier fuente primaria histórica, aunque sea la autobiografía de un “revolucionario” paternalista, artículos escritos por un político en exilio, o historias escritas por varias víctimas viviendo bajo la opresión del Estado. De muchas formas nuestro trabajo con Arriba reflejó la frustración y alegría que sentíamos en trabajar en nuestras traducciones propias. Tuvimos éxitos y fracasos y descubrimientos y desilusiones. A lo largo de todo, los procesos de traducción nos permitieron comprender las realidades personales de los individuos a través de varios tiempos y lugares.

La colaboración también nos ayudo en nuestros propios proyectos. La Profesora Brenneis escribe, “A primera vista, parecía poco probable que pudiéramos encontrar similitudes entre textos de México, China y Rusia del siglo pasado. Aún, en trabajar y pensar juntos, yo, Gaby, Amy, Konstantin y Liambi descubrimos que el arte de la traducción no solamente beneficia, pero requiere este tipo de conexión más allá de nuestras fronteras físicas e intelectuales.” A través del semestre y el verano, confiamos uno en el otro para mejorar la coherencia y estilo de nuestras traducciones en inglés. La traducción, en general es un acto solitario. Uno lee fuentes primarias solo, los interpreta solo y, últimamente, los traduce solo. Sin embargo, la colaboración seguida nos ayudó a ser conscientes de los aspectos más comunales de la traducción; es decir, entender las experiencias de los otros y presentar un proyecto a una audiencia nueva.{:}

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