Benigno Sánchez-Eppler, profesor de inglés en Amherst College, ha impartido dos cursos sobre multilingüismo: “Language Crossing and Living in Translation” y “The Multilingual Game”.

El grupo de estudiantes que participó en el curso de Temas Especiales “The Multilingual Game” (El juego multilingüe) ya estaba profundamente involucrado con las preocupaciones sobre su primer idioma o idioma de casa, a menudo relegado. La combinación de “intervenciones” que el grupo trajo a la comunidad del College tomó los problemas del multilingüismo en Amherst y otorgó a estas preocupaciones una visibilidad sin precedentes: una exhibición pública de los proyectos finales en Keefe; el video “Our Language Stories,” que los miembros de la facultad vieron en el Retiro profesores del Seminario de Primer Año de 2017; y “Breaking the Language Barrier“, presentado en la sección College Row de la revista Amherst.

En este extracto, Benigno Sánchez-Eppler reflexiona sobre sus motivaciones para crear estos cursos y sobre cómo la universidad podría desarrollar su capacitación como institución educativa multilingüe.


Mi urgencia en crear el Seminario de Primer Año, “Crossing Languages and Living in Translation” nace de mis propios cruces o traspasos lingüísticos: mis propios riesgos y triunfos como traductor, como intermediario cultural—y como sujeto que conecta más de una otredad. Hubo una etapa en mi vida cuando nada en mi educación me indicaba que la lengua que hablaba en mi hogar merecía admiración y respeto. Fue por eso que en Amherst diseñé un curso para ayudarle a estudiantes multilingües a darse cuenta de que su lengua natal es un tesoro, y de que no están solos al sentirse ambivalentes o más aún, en conflicto con sí mismos y deprimidos por las presiones ejercidas al sentir los requerimientos de la asimilación y de la supresión lingüística.

Hubo una etapa en mi vida cuando mi propio desarrollo y creciente excelencia de ese nuevo idioma inglés que me traería ganancias, reconocimiento público y poder, se convirtió en el estandard con que menospreciaba y rechazaba mi propio idioma natal. Fue por eso que diseñé un curso en Amherst, para hacer visible este mecanismo de auto-menosprecio, y para invitar a los estudiantes que estén pasando por una experiencia similar a ensayar y poner en prácticas rupturas y retos a la entumecedora espiral.

Hubo una etapa en mi vida cuando mis colegas monolingües no tenían ni idea de mi frustración o emoción al desarrollarme al filo de un nuevo idioma, tan bien dominado por ellos y en el cual ellos se sentían seguros pero yo raro. No podían entender porque apenas podía hablar el idioma inglés, pero al mismo tiempo demostraba un manejo impresionante de las palabraas más largas y raras del registro del latín en inglés. Por eso comencé a enseñar un curso en Amherst con el fin de ayudar a los monolingües del idioma inglés a descubrir y entender la amplitud mestiza de su propia lengua inglesa, y su desarrollo dependiente de capas de diferencias, de enemigos convertidos en familia, del empuje migratorio como la fuerza básica que le da a los pueblos sus lenguas.

Al dirigirme a los estudiantes latinos entrantes y a sus padres, me oigo dándole validez a lo que estos estudiantes han de contribuir al contenido y tono de los cursos que ofrecemos. Luego de indicarles cómo sus aportaciones culturales enriquecen nuestro currículo, después de aclararles que no son simples huéspedes por benevolencia, sino que ellos/ellas son Amherst, y tienen el poder de cambiar la decoración o mudar los muebles, y de ser los anfitriones del mundo en este lugar que les pertenece.

Los planes de la universidad de crear un “Currículo Global” podrían implementarse con la adopción del propuesto aumento en el contenido global y o internacional de los cursos, con un énfasis en el dominio de un idioma extranjero, y al dar más oportunidades a que los estudiantes viajen al extranjero y se inmerjen en las culturas extranjeras. Al mismo tiempo, debemos reconocer, explícitamente, y poner en uso el origen multicultural y transcultural de nuestros estudiantes y profesores. Debemos buscar maneras para darle prioridad y atención a los dones, experiencias, conocimientos, historial y lenguas natales que nuestros estudiantes aportan cuando ingresan a Amherst. Cuando la cultura circundante y las prioridades pedagógicas no le dan validez a la riqueza cultural interior del estudiante, este tesoro se encona por aplazamiento y desuso. La asimilación no es sólo rendirse a la mismidad, sino también una erosión y una invalidez continua de lo que la mismidad circundante se niega a incluir.

La diversidad que abunda hoy en la comunidad estudiantil de Amherst ha resultado ser un fuerte incentivo para estructurar la enseñanza abriendo más espacio en los cursos para los dones y conocimientos que nuestros estudiantes proveen y para expandir las oportunidades en las que puedan aprender los unos de los otros. Recuerdo los cursos que tomé en Williams College en los últimos años de la década del 1970, cuando los estudiantes decían o hacían algo brillante y la profesora saltaba de regocijo y celebraba “el espectáculo de la mente desenvuelta.” Yo soy testigo de este recurrente espectáculo en las aulas de Amherst con su diversidad multi-cultural y sus mutuos auto-descubrimientos. Estoy realmente agradecido por el privilegio de poder acompañar a estos estudiantes mientras moran en un florecer muy verdadero e indiscutiblemente propio.

Translator’s Note by Monica Elise Diaz ‘20

Translating can be challenging at times due to the inherent richness of vocabulary and expression of emotion that is present in Spanish writing, which stands in contrast to the somewhat dry emphasis on logical and succinct communication that is present in the English language. To properly convey the meaning intended by an English phrase in Spanish, it is often necessary to embellish the phrase with numerous flowery and colorful descriptors. Translating from my dominant language, English, to Spanish, the language of my family and ancestors, gives me an appreciation for the beauty and intricacy of my native language. Recognizing and celebrating the language of one’s ancestors seems crucial to true appreciation of cultural identity.


La traducción a veces se hace difícil debido a la riqueza inherente del vocabulario y la apasionado expresión de la emoción que está presente en la escritura española, que contrasta con el énfasis en la comunicación lógica y sucinta que caracteriza el inglés. Para expresar adecuadamente el significado de una frase inglés en español, muchas veces es necesario embellecer la frase con varios descriptores vibrantes y floridos. Traducir de mi idioma dominante, inglés, al español, el idioma de mi familia y mis antepasados, me permite apreciar la belleza y la complejidad de mi lengua materna. Reconocer y celebrar el lenguaje de sus antepasados es crucial para la apreciación de la identidad cultural.

 

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